Desde
mi niñez, algunas historias bíblicas influyeron grandemente en mi espíritu. A
temprana edad, no es posible sustraerse a la ascendencia de historias como la de
Adán y Eva, el asesinato de Abel por Caín, la de Esaú, que vendió su
primogenitura a cambio de un plato de lentejas, la de José, traicionado y
vendido como esclavo por sus propios hermanos, o las parábolas empleadas por
Jesús para ilustrar de manera patente los mandatos de amor del padre celestial.
Ahí en
la Biblia leí una vez, entre esas historias maravillosas, la siguiente frase,
contenida en el Evangelio de San Mateo y relativa al Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente
por diente, pero yo os digo: no respondáis al mal; al contrario, si alguien te
pega en la mejilla derecha ofrécele también la otra”.
Tras
muchos años de haberla leído por primera vez, este mandato imperativo de Jesús
sigue llamando mi atención y condicionando muchas de las acciones de mi vida.
No son pocos los que creen que con esta frase Jesús solo nos requirió a amar a
todo hombre como nuestro hermano y a no devolver las ofensas e injurias que
recibamos. Yo he llegado a convencerme de que más allá de ese llamado al amor,
hay además otro requerimiento del Buen Pastor a todos los seres humanos: con el
símbolo de poner la otra mejilla, también Jesús nos invita a no tener miedo y a
persistir en las buenas acciones. Para mí, detrás de esa orden definitiva de
presentar la otra mejilla, también se deduce un llamado a demostrar que pese a
cualquier mala acción, no debemos nunca de desistir en los buenos propósitos y
estar listos a seguir recibiendo las acciones violentas que sean necesarias,
sin retroceder jamás.
Ese
poner la otra mejilla, significa también que estamos obligados a ser honestos
en nuestras intenciones y a cumplir honestamente con nuestros deberes,
asumiendo las consecuencias necesarias derivadas del compromiso que adquiramos.
Todo
este significado cristiano de una frase tan sencilla, evidencia para mí como
tras cada una de las palabras de Jesús hay un llamado permanente a que seamos
mejores, honestos, buenos, transparentes y valientes.
Y ese
llamado a perseverar en nuestros propósitos y a asumir las consecuencias de
nuestro accionar, aún cuando signifique tener que poner la otra mejilla, es lo
que ha dado vueltas en mi mente desde que leí con verdadero asombro que casi la
mitad de los noveles diputados, recién electos en Septiembre, han manifestado
su aspiración a participar en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad
a celebrarse en Febrero, para optar a candidaturas para Alcaldes y Gobernadores,
encontrándose entre tales aspirantes nada mas ni nada menos que el recién
electo único representante de oposición por el Estado Monagas a la Asamblea
Nacional, que ha hecho pública por los medios de comunicación monaguenses, su
aspiración a la Gobernación del Estado.
Se
trata, nada más y nada menos, de la mitad de los diputados, del cincuenta por
ciento de unos señores que durante meses hablaron de su “compromiso con los
altos intereses de la patria”, de cómo hacían un verdadero sacrificio personal
para ir a la Asamblea Nacional “a representarnos a todos los venezolanos”. De
la mitad de unos señores que hasta llegaron a generar una increíble tensión en
la Mesa de la Unidad, como el caso de Enrique Mendoza, justificándose en que
ellos iban a “dar la vida” en la Asamblea Nacional por el pueblo que
representaban y que era precisamente ese pueblo el que "reclamaba" y "necesitaba" de su presencia en la Asamblea Nacional.
Y en el caso de Monagas, mas dramático aún si se quiere, hablamos
de un señor que a troche y moche, sin consulta ni democracia alguna, fue
impuesto como candidato, a contraviento de las aspiraciones de amplios sectores
de la Sociedad Civil y sin que importaran para nada sus antecedentes de
desobediencia partidista y transfuguismo político ni la división de su propio
partido.
Pues resulta
que, sin haber siquiera “calentado el puesto” como dice el argot popular
(calentado el curul sería quizás mas apropiado), ya abandonan todos esos
compromisos y se van en búsqueda de unas posiciones políticas “mas rentables”.
¡Y ni hablar de poner la otra mejilla! Es decir, de perseverar en su puesto y cumplir con la famosa “Agenda
Parlamentaria” y los “compromisos” con el pueblo que los eligió, aún cuando ello significara la pérdida de mejores oportunidades políticas o de mayores "beneficios" individuales. En fin, que
esa pretensión de abandonar a los electores puede ser la mejor ayuda que reciba
Hugo de parte de los actuales Diputados. Tal conducta, equivale a decirle a los
electores que los han estafado, defraudado. Que no había intención alguna de
representarles, sino sencillamente un deseo de “posicionarse” en un cargo desde
el cual pensaban que podrían hacer realidad sus verdaderas aspiraciones.
En fin,
solo queda esperar que se recobre la sensatez y que alguien (en la Mesa o fuera
de ella) haga reflexionar sobre la necesidad de evitar enviar un mensaje tan nefasto,
que equivaldría a tornar en quimera las ilusiones de los votantes, para usar
las palabras de Milagros Socorro.
En otro
aspecto de nuestra mágica realidad, la noticia de que los Estados Unidos
impusieron a PDVSA una serie de sanciones simbólicas, por su intercambio
comercial con Irán, ha puesto nuevamente en evidencia la tensa situación
diplomática vigente entre ambos países, que se mantienen sin embajadores.
La Mesa
Unitaria y algunos connotados líderes de la oposición han sabido dar una
opinión realmente realista y objetiva ante unas sanciones que no solo son
inaceptables desde el punto de vista de la legalidad internacional, dada su
unilateralidad evidente, sino que además evidencian la doble moral del gobierno
americano, que pretende sancionar a PDVSA por su trato comercial con Irán pero
sin dejar de adquirir el petróleo venezolano ni afectar en la práctica lo que es
una evidente relación comercial ampliamente satisfactoria para ambas partes.Hipocresía pura y simple pues, que no de otra cosa estamos hablando.
Mas
aún, con tales sanciones, la administración de Obama no solo no hace mella
alguna en el accionar comercial de PDVSA (por ser, como ya dije meramente
simbólicas, algo que me trae a la mente aquel chiste de la esposa que cuenta a
su cónyuge sobre un incidente de conducción y el abuso de que fue objeto por
parte del otro conductor y cuando el esposo le preguntó que había hecho afirmó “no
te preocupes mi amor, le eché un revirón de ojos, para que respetara”) sino que
hace un flaco favor a la oposición democrática, que no tiene alternativa alguna
mas que la condena de una acción cuya ilegalidad es apoteósica, y que además
impulsa a la opinión pública a cerrar filas al lado de Hugo y del Ministro Ramírez,
que por supuesto no desperdició la oportunidad para “mandar al carajo” a los “gringos”.
Claro
que hay algunos de esa “oposición ultra”, que en lugar de reclamar a quien deben
(es decir a Obama por el chimbo e ilegal “revirón de ojos”) ahora enfilan sus
baterías hacia la MUD y hacia dirigentes como Capriles Radonsky y Pablo Pérez,
reclamándoles su rechazo a tan erradas, ilegales e ineficientes sanciones.
Pero es
que hay algunos necios, que no se dan cuenta del papel de tontos útiles de Hugo
que asumen por malcriadez, mas que por tino político, que a lo mejor desearían
que las potencias extranjeras bloquearan los puertos venezolanos, sin darse
cuenta de que lo único que eso lograría es darles sobradas y justificadas
razones a Hugo para decir, con el Cabito, que “la planta insolente del
extranjero ha hollado el suelo sagrado de la patria”, amén de todas las
lamentables consecuencias que solo para los venezolanos y para nuestra cada vez
mas deteriorada democracia traería una ola de patrioterismo barato.
Tal vez
ambas posturas, la de los diputados que no solo no entienden sino que rechazan
totalmente “poner la otra mejilla” y la de los “opositores ultras”, no sean
sino la evidencia triste de cuan lejos estamos de empinarnos por encima de
nuestra pequeñez y de pensar en los altos intereses de la patria y de cómo la
falta de visión, el egoísmo y las apetencias personales siguen siendo el caldo
de cultivo que usa Hugo para atornillarse en el poder.
Excelente post Iván, muy buena reflexión sobre todo la parte que se refiere a los diputados, es lamentable que la ambición de poder ciegue a nuestros políticos y vayan mermando las ganas de participar en la contienda electoral al pueblo, dándole como es lógico el voto a Hugo.
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