martes, 15 de noviembre de 2011

¿FRACASO DE QUIEN?

Da la impresión que con la crisis económica que sacude al mundo desarrollado, especialmente a los Estados Unidos y en mayor o menor grado a Europa, destacando las situaciones preocupantes de España, Grecia e Italia, muchos se inclinan a pensar que esa situación es producto del fracaso del socialismo.

El hecho de que en países como Estados Unidos y España, hayan tenido que afrontar la crisis gobiernos socialdemocratas como el de Obama y Rodríguez Zapatero, con resultados bastante magros y con un panorama económico que hace a algunos predecir una mayor recesión, ya ha provocado reacciones evidentes en los electores y así, por ejemplo, en España se vislumbra un triunfo abrumador del Partido Popular, cuyo pensamiento económico de corte evidentemente neoliberal es quizás percibido como una alternativa al "fracasado socialismo".

Todo el mundo parece haber olvidado rápidamente que la crisis económica que sacude profundamente al mundo y cuyas consecuencias y derivaciones son aún realmente inmedibles, se gestó, precisamente, por la aplicación de fórmulas neoliberales ejecutadas por la administración de Bush en los Estados Unidos y de Aznar en España. En mi modo de ver, la desregulación del sector financiero y la lasitud de los sistemas de control estatal sobre la actividad financiera privada, constituyeron sin duda alguna los pivotes sobre los cuales se gestó la crisis. Los gobiernos con tendencia ideológica derechista y pensamiento económico liberal, crearon condiciones de aparente "libertad económica", sumadas a un pobre control por parte del Estado, que fueron indudablemente aprovechadas de manera poco escrupulosa por unos sujetos que maniobraron para conseguir lo que tan bien describió el ex-presidente Caldera con aquella frase de "bancos quebrados y banqueros ricos". El colapso de instituciones financieras que venían reportando extraordinarias ganancias y que repartían extraordinarios dividendos solo pudo evitarse por la intervención de los gobiernos que concedieron importantes auxilios económicos a unas instituciones bancarias que de lo contrario hubiesen quebrado de manera indefectible.

Para quienes entendemos el socialismo como un sistema en el cual la sociedad organizada ejerce control sobre los medios de producción, nos resulta obvio que la crisis es precisamente el producto de la aplicación de una doctrina económica como el liberalismo que, en sentido contrario, propugna la desregulación, proscribe el control del Estado sobre la actividad económica y denosta del establecimiento de sistemas de control estatal sobre la economía.

No me parece a mi que las administraciones de Obama y Zapatero hayan sido las "causantes" de la crisis económica que sacude a sus países y mas bien parecen las víctimas de aquello que tan bien describe la sabiduría popular cuando describe que "unos se comieron las naranjas y otros pasaron la dentera". Tal vez el gobierno de Zapatero haya cometido errores en el modo de enfrentar la crisis. Es posible, como afirman muchos críticos, que su insistencia en no aceptar la crisis y su tardanza en adoptar medidas básicas hayan hecho que la misma embistiera mas fuertemente a la economía española. Pero en mi modo de ver, quizás lo ocurrido en España es mas bien el producto de que aún siendo el gobierno español un gobierno socialista, sus ejecutorias previas a la aparición de la crisis fueron poco socialistas. El que la crisis gestada durante el gobierno del Partido Popular del Sr. Aznar haya arruinado la economía española, solo puede atribuirse a que el gobierno socialista no reguló ni controló adecuadamente al sistema financiero y de esa manera, por omisión, permitió que la "burbuja inmobiliaria" creciera y sumiera a España en la profunda crisis económica que hoy la afecta. Si hay que reconocer que, al menos, el gobierno del PSOE se negó rotundamente a permitir que los mas pobres y los sectores mas desvalidos fueran transformados en los pagadores de los errores.

Desde mi humilde perspectiva, la crisis económica que sacude al mundo y que afecta gravemente a la humanidad sin ningún tipo de fronteras, no ha hecho sino evidenciar lo que Betancourt afirmaba por allá por los años 60 en nuestra Venezuela: que el neoliberalismo y el comunismo son estructuras económicas obsoletas y periclitadas, que el socialismo democrático sigue siendo la opción liberadora y que hoy, mas que nunca, nos hace falta aquello que Blair describía con supremo acierto: "tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario".

La socialización de la economía es hoy, como nunca, vital para los intereses de aquellos que precisamente se encuentran mas expuestos a sufrir de manera catastrófica las consecuencias de las crisis gestadas por la aplicación ciega de las fórmulas liberales: los pobres, los excluidos, los asalariados.

En Venezuela tenemos que ver con mucho cuidado y con ojo avisor todo este panorama. En un momento en que por la acción errónea del Gobierno encabezado por Chávez, muchos parecieran confundir el autoritarismo del gobierno y el Capitalismo de Estado que ha generado con un verdadero socialismo, los socialistas demócratas debemos recordarle a los venezolanos que la fórmula liberal  mas pura (aquel recordado Estado Liberal Burgués, caracterizado por su doctrina de dejar hacer y dejar pasar) solo contribuyó a generar la mas espantosa explotación vivida por la humanidad y plasmada en las consecuencias inhumanas de la revolución industrial: salarios de miseria, jornadas laborales de 18 horas, trabajo en condiciones deplorables, formación de cinturones de miseria urbanos, etc.

Que Hugo solo sea "socialista" en su discurso desquiciado, no debe confundirnos y mucho menos puede conducirnos a prestar oídos a aquellos que aprovechan la oportunidad para entonar nuevamente el "canto de sirena" de la aplicación de postulados neoliberales.

viernes, 11 de noviembre de 2011

EL CERCO FINANCIERO

Justo acabo de leer unas declaraciones de la Presidenta de la Comisión Electoral de la Mesa de la Unidad, en las que afirma que si el TSJ sentencia a favor de eliminar las contribuciones de los candidatos, seria una "herida de  muerte" para las primarias. Expresan dichas declaraciones también, que el CNE cobra por los servicios técnicos prestados y considera "lamentable" la decisión a la que tuvieron que llegar en el caso de Pablo Medina por no haber podido cancelar la contribución establecida.

Ciertamente, las primarias tienen un costo y ese costo es elevado. Obviamente, es discutible el que ese costo sea trasladado a los aspirantes y que una contribución obligatoria constituya una "condición" de elegibilidad. Desde mi humilde óptica, creo que el establecer dicha contribución ciertamente impone un límite inconstitucional al derecho a participar en las primarias. Para poner las cosas en la debida perspectiva, creo que es necesario ver primero lo siguiente: de acuerdo a la Constitución Nacional, corresponde al CNE organizar elecciones para los cargos de representación popular en nuestro país. ¿Si el CNE impusiera como condición obligatoria a cualquier candidato el requisito de pagar una suma de dinero bajo el pretexto de que debe contribuir al financiamiento de la elección, estarían de acuerdo con dicho requisito? Creo que si lo vemos sin apasionamiento resultaría mas que obvio que nadie aceptaría tal decisión y su inconstitucionalidad resultaría evidente y palmaria.

En el caso de la Mesa de la Unidad, si hacemos un análisis desapasionado y objetivo, las que resolvieron organizar la primaria fueron las organizaciones políticas que la conforman y por ende, desde mi modo de ver, corresponde a ellas el financiamiento del proceso electoral. Claro que el CNE cobra por su "asistencia técnica", pero tal cobro tiene plena justificación de orden constitucional. En efecto, el artículo 293, numeral 6 dispone que una de las funciones del Poder Electoral es la de "organizar las elecciones de sindicatos, gremios profesionales y organizaciones con fines políticos en los términos que señale la ley. Así mismo, podrán organizar procesos electorales de otras organizaciones de la sociedad civil a solicitud de éstas, o por orden de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia. Las corporaciones, entidades y organizaciones aquí referidas cubrirán los costos de sus procesos eleccionarios".

Siendo que las organizaciones políticas que componen la mesa, fueron las que acordaron la convocatoria del proceso de primarias, en mi modo de ver corresponde a ellas el financiamiento del proceso. No veo ilegalidad alguna en que los candidatos realicen contribuciones de modo voluntario, pero me parece obviamente inconstitucional e ilegal que se niegue a cualquiera  la posibilidad de participación en el proceso utilizando como basamento la imposibilidad de aportar.

Este análisis legal, que formulo con absoluto criterio profesional, me lleva necesariamente a llamar la atención de todos quienes me lean sobre el problema de fondo que subyace detrás de la posible decisión del TSJ: las organizaciones políticas (partidos para entendernos en lenguaje sencillo) carecen de los recursos financieros para la organización de las primarias. Y carecen de esos fondos porque, entre otras causas, la vigente Constitución Nacional, en su artículo 67, prohibió el financiamiento de las asociaciones políticas con fondos provenientes del Estado.

Con tal disposición constitucional, los partidos políticos han quedado sujetos a un "cerco financiero" que se ha ido cerrando poco a poco con la aprobación de textos legales destinados a impedir su financiación con aportes venidos del extranjero, con regulaciones excesivas destinadas a ejercer control sobre el origen de los fondos y, también hay que decirlo, con la amenaza de retaliaciones a cualquiera que pudiese tener posibilidades o intenciones de contribuir económicamente al sostén de dichas organizaciones. Todo ello ejecutado mientras desde el gobierno se aúpan contribuciones como "un día de sueldo para el PSUV", el uso abusivo de bienes públicos y medios del Estado por dicha organización política y pare usted de contar.

La decisión social, expresada por el Constituyente del 99, de cortar todo tipo de recursos del Estado para atender al financiamiento de las organizaciones que constituyen la base de cualquier democracia, como son los partidos, ha resultado así un verdadero autogol ciudadano que hoy pone en "peligro de muerte" a la esperanza constituida por las primarias.

Pero tal realidad, insisto, no puede tampoco llevarnos a aceptar que en vista de la "debilidad financiera" de los partidos, debe acudirse a la "fortaleza financiera" de los candidatos. Establecer como requisito obligatorio el pago de una contribución que de manera indudable corresponde a las organizaciones políticas que hacen vida en la mesa, no puede ser la solución: la MUD debe, de manera creativa, sincera y efectiva, buscar alternativas que permitan el financiamiento de las primarias sin pretender establecer distinciones odiosas, basadas en la fortuna económica o en la capacidad de financiar o de conseguir financiamiento, asegurando de tal forma la igualdad absoluta de los candidatos
 

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Comentario Cochino

Rafael Poleo en su minicolumna de hoy miércoles “Corto y Profundo”, publicada en el diario El Nuevo País, ha hecho referencia a las declaraciones emitidas en relación con la disponibilidad de pernil navideño. Con su acostumbrada visión crítica (a todo gobierno, porque que yo recuerde Poleo no se ha llevado bien con ningún gobierno), anota como hoy se trata de vender como un "logro" el que habrá cochino para Diciembre, cuando, dada precisamente su condición de alimento tradicional venezolano para la navidad, siempre hubo y siempre debería haber disponibilidad de tal producto.

Hasta ahí, me parece bien la crítica. Después de todo, si el pernil es el plato tradicional navideño, ello se debe precisamente a que no ha sido nunca extraño ni escaso tal animal en Venezuela. Y es obvio que no solo hay escasez de perniles, sino de un gran número de productos que forman parte de nuestra dieta acostumbrada (leche, aceite, mantequilla, café, etc.), aún cuando el Presidente del Indepabis se empeñe en declarar que tal escasez no existe y que se trata solo de una "sensación" generada por los medios de comunicación. En fin, que el Gobierno Nacional se empeñe en mostrar como un logro lo que debería ser completamente normal, creo que es algo a lo que tendremos que acostumbrarnos.

Lamentablemente, eso que yo llamo la "trampa prestacional" ha dado origen a esto. Y me explico: desde hace muchos años hay quienes se han dado a pensar que el gobierno es algo así como un conserje y que su labor se limita básica y preferentemente a proporcionar buenos servicios.

Así, hemos escuchado hasta el cansancio a algunos "brillantes" opinólogos que afirman que un gobierno es malo porque las calles están sucias, o porque el aseo no funciona, o porque no hay luz, porque no alcanzan a entender que en realidad es exactamente lo contrario: no hay luz o las calles están sucias o el aseo no funciona porque el gobierno es malo. Eso me ha hecho tratar de explicar (aunque la verdad es que creo que sin resultado alguno) que pensar de esta forma nos lleva necesariamente a tener que aceptar que si Esteban (por un acto de magia advierto, porque está mas que demostrada su incompetencia para lograrlo por los medios humanos) construye sus 2 millones de casitas o resuelve el problema eléctrico o limpia las calles o logra que cese la escasez de ciertos productos, se transformará entonces en un "buen gobernante" y no podremos seguir oponiéndonos a su manera tan "particular" de ejercer el gobierno y de entender la democracia.

Pero volviendo al "Corto y Profundo" de Poleo, lo que me parece inaceptable, lo que me parece desconsiderado para con todos, lo que me parece particularmente ofensivo es que en el mismo afirme lo siguiente: "... la Venezuela de Chávez no produce mas que delincuentes". Después de mas de 12 años haciendo oposición al gobierno de Hugo, creo haberme ganado el derecho a protestar por una afirmación tan ofensiva y grosera.

Esa generalización la rechazo, porque en esta Venezuela de Chávez también se están produciendo excelentes seres humanos, en esta Venezuela de Chávez también hay un sinnúmero de hombres y mujeres que se empeñan en construir una sociedad mejor y trabajan a brazo partido, a pesar de todos los obstáculos que impone un gobierno empeñado en hacer suya una visión inviable y fracasada de pensamiento político.

En esta Venezuela de Chávez ha nacido una generación de venezolanos que no son "delincuentes" como pretende el señor Poleo, sino que por el contrario, han tenido que afrontar la necesidad de estudiar, prepararse y construir su futuro con enorme esfuerzo. Y aún dentro de quienes siguen al errado modo de pensar de Esteban, hay una enorme y cuantiosa cantidad de venezolanos que no son "delincuentes" sino hombres honrados que merecen respeto.

No es Venezuela la que produce "delincuentes" como erradamente parece pensarlo el señor Poleo desde la comodidad de su sillón mayamero.

El desatino de tal generalización, me hizo recordar aquel viejo chiste del hombre que viajaba en un avión y para tratar de sacar conversación al vecino le preguntó de donde venía, respondiendo éste que venía de Cabimas. Ante la respuesta, el viajero, de manera totalmente imprudente, expresó: "Cabimas es un pueblo horrible. Ahí solo hay prostitutas y peloteros" y luego preguntó nuevamente: ¿y que hacías tu en Cabimas? a lo que el otro respondió: "yo soy de Cabimas y estaba visitando a  mi mamá, que es de allá y vive allá" por lo que dándose cuenta del error cometido y para tratar de enmendar la metida de pata, el primero, rapidamente retrucó: "cónchale vale, y dime ¿que posición juega la vieja?".

Lo malo es que Poleo no nos deja posibilidad alguna, no nos da opciones, no nos permite salirnos de su condena, no podemos ser peloteros o cualquier otra cosa. Según su particular visión, solo podemos ser delincuentes. ¿Será el sol de Miami que lo afectó?

sábado, 4 de junio de 2011

EL VERDADERO PROBLEMA

Desde hace casi tres décadas (desde febrero de 1982, para ser exactos), los venezolanos hemos visto deteriorarse, año tras año, las condiciones de vida de la población, como consecuencia de una crisis que no ha podido ser resuelta a pesar de las múltiples recetas adoptadas para tratar de superarla.

Nos hemos acostumbrado a que nuestros políticos, algunos con tono doctoral y engolado y otros en lenguaje llano y tropero, aleccionen sobre economía y diserten sobre las variables económicas que deben ser pulsadas para sacarnos de la crisis. También nos hemos acostumbrado a vistosas presentaciones y estudios de opinión dirigidos a “detectar” los principales “problemas” en función de los cuales se elaboran propuestas, proyectos, discursos y acciones políticas.

Recientemente, algunos de esos estudios han venido señalando como los principales problemas de los venezolanos a la vivienda, la inseguridad, el desempleo y otros de diferente naturaleza. En función de tales “descubrimientos” realizados a través de las encuestas, tanto el gobierno como la oposición construyen sus principales argumentos y ofertas políticas de cara a cada proceso electoral.

Ciertamente, no podemos negarlo, la falta de vivienda, la deficiente prestación de servicios públicos que alcanzan a grados inaceptables como en el caso del suministro eléctrico, la inseguridad que campea en todo el país aparejada con una creciente impunidad y un progresivo deterioro de los servicios policiales que también se hunden en un mar de corrupción y violación de derechos civiles, el deterioro creciente de la infraestructura del país, la inflación y el costo de la vida, el empeoramiento en la prestación y en la calidad de los servicios de salud, la ausencia de un correcto sistema de seguridad social y muchísimos otros “problemas” detectados por las encuestadoras, son realidades que acogotan al ciudadano común y que además estimuladas por un discurso político que estimula el resentimiento, la exclusión y la injusticia, han convertido a la sociedad venezolana en una olla de presión a punto de estallar.

Pero no es menos cierto también que muchísimos de esos problemas, son el reflejo natural, la consecuencia lógica de una situación mayor a la que se encuentran sometidos grandes sectores de la población venezolana, de un fenómeno que desde larga data afecta gravemente a toda la estructura social y del cual todos los demás que hoy detectan las encuestas no son más que la consecuencia lógica y natural.

Ese fenómeno no es otro que la pobreza.

La mayoría de quienes habitamos hoy Venezuela, crecimos acostumbrados a escuchar que éramos parte de un país “rico”, lleno de oportunidades y provisto por la providencia de una superabundancia de recursos naturales que nos hacían una nación predestinada al éxito y la bonanza.

La realidad, sin embargo, demostraba que lejos de tal “riqueza”, importantes sectores de la población venezolana vivían en condiciones de marginalidad y pobreza, excluidos totalmente de los beneficios de esa “riqueza” tan proclamada.

Recuerdo como, siendo estudiante de los primeros años de derecho, antes del viernes negro y en plena vigencia del “ta barato dame dos” que nos convirtió a los venezolanos en los más esperados pero también más despreciados clientes de Miami, me sacudió, junto a muchos otros compañeros de estudio, el contenido de un libro puesto a nuestra consideración por el Padre Luis María Olaso, llamado “La Miseria en Venezuela” y que contenía un estudio realizado por un economista canadiense, Michel Chossudovski, cuyo contenido demostraba, más allá de toda duda, la falsedad de la bonanza venezolana y el escalofriante escenario de pobreza y miseria que se escondía detrás de la aparente “riqueza” de nuestro país.

Un estudio como el de Chossudovski que, entre otras cosas, señalaba como el 70 por ciento de la población venezolana no alcanzaba los requerimientos mínimos de calorías o que el 44 por ciento vivía en condiciones de hipoalimentación (es decir, no consumía proteínas y apenas escasamente lograba consumir adecuadas dosis de carbohidratos), no podía resultar grato para quienes dirigían los destinos de la nación y por ello fue recogido  por instrucciones expresas del Ejecutivo Nacional (gobierno de Luis Herrera Campíns, para ser exacto) y su circulación resultó escasísima y limitada.

Si accedemos a la página Web del INE (Instituto Nacional de Estadísticas), podremos encontrar allí como la estadística relativa a la pobreza, desde el año 97 hasta el 2009 (aún no se han publicado las cifras del 2010 y obviamente no se cuenta con estadística actual del 2011) nos demuestra que en determinados periodos más del 50 por ciento de los hogares venezolanos se han encontrado viviendo en condiciones de pobreza y hasta un 30 por ciento ha tenido que sobrevivir en condiciones de pobreza crítica.

Esa misma página del INE señala como se ha producido una supuesta “disminución” de los índices de pobreza a partir de 2004 para ubicarse, en el 2009 en un 24 por ciento de hogares pobres y un 6 por ciento de hogares en condiciones de pobreza crítica. Sin embargo uno no puede dejar de tener reservas en relación con dichas cifras, por varias razones.

La principal es que el estudio por línea de ingresos efectuado por dicha institución, se hace tomando como premisa el ingreso promedio de un hogar y considerando como pobre aquel cuyo ingreso se demuestre insuficiente para adquirir la denominada “canasta básica”, pero llama la atención el hecho de que se considera “ingreso” al proveniente, de fuentes como pensión de superviviente, orfandad y otros tipos, ayuda familiar o de otra persona, Subsidio familiar( Beca alimentaría), Beca o Ayuda Escolar, Pensión o Jubilación por Seguro Social,  Jubilación por trabajo, rentas de propiedades, intereses o dividendos. Es decir, que si en un hogar, entre todos los integrantes obtienen, por cualquiera de dichos conceptos, un ingreso suficiente para cubrir el costo de la “canasta básica”, es considerado “no pobre”.

Ahora precisemos bien los conceptos anteriores. La canasta básica es un paquete que comprende la denominada “canasta alimentaria” más algunos servicios no alimentarios importantes, tales como servicios públicos básicos, salud y educación. Por su parte, la “canasta alimentaria” comprende los siguientes rubros: 1 Kilo de Arroz, 400 gramos de Avena, 1 kg de harina de maíz, 500 gramos de pasta, 6 kgs de carne ( 1 Kg de carne molida, 1 Kg de falda, 1 kg de lagarto, 1 kg de hígado y 1 kg de carne de cochino) y  1 kg de mortadela, 4,5  Kgs de pescado (atún, corocoro, sardina, cazón), 12 huevos, 1 litro de leche, 1 kg de leche en polvo, 1 kg de queso blanco, 1 ltr de aceite, 500 grs de margarina, 445 grs de mayonesa, 9 kgs de frutas, 5 kg de hortalizas (auyamas, cebollas, pimentón, tomate, zanahoria), 4 kgs de tubérculos (yuca, apio, ocumo y papas), 2 kgs de granos, 1 Kgr de azúcar, 1Kg de sal y 1 Kg de café (la integración y elementos de esta canasta pueden verlos en http://www.ine.gov.ve/condiciones/CostovidaPorGrupoProductos.htm).

Ahora bien, la “Canasta Básica”, cuya adquisición confiere la condición de “no pobre”, tiene actualmente un costo aproximado de DOS MIL SEISCIENTOS NOVENTA Y TRES BOLIVARES (Bs. 2.693,00). Por su parte, la “canasta alimentaria”, a cuya posibilidad de adquisición se asocia la calidad de “pobre”, y cuya imposibilidad de adquisición califica de “pobre extremo” a un hogar venezolano, tiene un costo actual, para el INE, de MIL CUATROCIENTOS CINCUENTA Y OCHO BOLIVARES (Bs. 1.458,00) y cubre las necesidades básicas de una familia promedio venezolano, equivalente a cinco (5) personas. En consecuencia, si entre los 5 miembros de la familia cuentan con un ingreso, que puede provenir de cualquier fuente, inclusive ayuda familiar o de otra persona o “becas” (¿recuerdan las misiones?) que alcance a 2.693 bolívares, ya es considerado no pobre. Y solo si entre los 5 miembros del grupo familiar promedio no alcanzan a un ingreso equivalente al costo de la “canasta alimentaria” de 1.458,00 bolívares, es considerado “pobre extremo”.

Creo que a los lectores les resultará tan obvio como a mí, que la cifra real de pobreza existente en nuestra querida Venezuela está muy lejos de los porcentajes contemplados por el INE y ampliamente difundidos por la propaganda oficial. Es una lástima no poder contar con una estadística confiable y exacta que permita medir esa realidad de manera aceptable y que permita la formulación de políticas públicas.

Es ese fenómeno de pobreza el que se está manifestando en las distintas variables que nos muestran las encuestas. Después de todo, ¿Cómo no va a haber crisis de vivienda en un país cuya población no puede, en su mayoría, acceder a suficiente alimento? ¿Cómo adquiere una vivienda un ciudadano que apenas puede tener acceso a una ingesta mínima de alimentos? ¿Cómo no va a existir un altísimo grado de inseguridad personal en una sociedad que presenta unas características de pobreza tan avanzadas? ¿Como una sociedad sacudida por una pobreza de la magnitud expresada puede desempeñarse eficientemente en términos económicos?

Como verán, el verdadero problema, el problema mayor, el problema madre, no es otro que la pobreza, con el agravante de que no es lo mismo ser pobre en la Venezuela del 2011 que en la Venezuela de 1930 o de 1960. En un mundo globalizado, cuyo avance tecnológico nos asombra y en una humanidad que ha alcanzado cotas de confort y comodidad avanzada, tener que sobrevivir en las condiciones de pobreza en que se ve obligada a subsistir una gran porción de la población venezolana, es una barbaridad, una iniquidad que debería conmovernos profundamente y ante la cual deberíamos, como cuerpo social, responder con premura, con solidaridad, con humanidad.
 
Por ello, sostengo una vez más que hoy, como nunca, la dirigencia política tiene que dejar de pontificar sobre economía y desarrollar un discurso, un proyecto y una acción que se dirija a enfrentar el problema de la pobreza y que se identifique con ese enorme sector de población que sufre, día tras día, la gravedad de una pobreza generalizada y agobiante. 

En las semanas por venir, abordaré el tema nuevamente, en otros aspectos. 


viernes, 27 de mayo de 2011

QUIMERAS, ILUSIONES Y SANCIONES

Desde mi niñez, algunas historias bíblicas influyeron grandemente en mi espíritu. A temprana edad, no es posible sustraerse a la ascendencia de historias como la de Adán y Eva, el asesinato de Abel por Caín, la de Esaú, que vendió su primogenitura a cambio de un plato de lentejas, la de José, traicionado y vendido como esclavo por sus propios hermanos, o las parábolas empleadas por Jesús para ilustrar de manera patente los mandatos de amor del padre celestial.

Ahí en la Biblia leí una vez, entre esas historias maravillosas, la siguiente frase, contenida en el Evangelio de San Mateo y relativa al Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente, pero yo os digo: no respondáis al mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha ofrécele también la otra”.

Tras muchos años de haberla leído por primera vez, este mandato imperativo de Jesús sigue llamando mi atención y condicionando muchas de las acciones de mi vida. No son pocos los que creen que con esta frase Jesús solo nos requirió a amar a todo hombre como nuestro hermano y a no devolver las ofensas e injurias que recibamos. Yo he llegado a convencerme de que más allá de ese llamado al amor, hay además otro requerimiento del Buen Pastor a todos los seres humanos: con el símbolo de poner la otra mejilla, también Jesús nos invita a no tener miedo y a persistir en las buenas acciones. Para mí, detrás de esa orden definitiva de presentar la otra mejilla, también se deduce un llamado a demostrar que pese a cualquier mala acción, no debemos nunca de desistir en los buenos propósitos y estar listos a seguir recibiendo las acciones violentas que sean necesarias, sin retroceder jamás.

Ese poner la otra mejilla, significa también que estamos obligados a ser honestos en nuestras intenciones y a cumplir honestamente con nuestros deberes, asumiendo las consecuencias necesarias derivadas del compromiso que adquiramos.

Todo este significado cristiano de una frase tan sencilla, evidencia para mí como tras cada una de las palabras de Jesús hay un llamado permanente a que seamos mejores, honestos, buenos, transparentes y valientes.

Y ese llamado a perseverar en nuestros propósitos y a asumir las consecuencias de nuestro accionar, aún cuando signifique tener que poner la otra mejilla, es lo que ha dado vueltas en mi mente desde que leí con verdadero asombro que casi la mitad de los noveles diputados, recién electos en Septiembre, han manifestado su aspiración a participar en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad a celebrarse en Febrero, para optar a candidaturas para Alcaldes y Gobernadores, encontrándose entre tales aspirantes nada mas ni nada menos que el recién electo único representante de oposición por el Estado Monagas a la Asamblea Nacional, que ha hecho pública por los medios de comunicación monaguenses, su aspiración a la Gobernación del Estado.

Se trata, nada más y nada menos, de la mitad de los diputados, del cincuenta por ciento de unos señores que durante meses hablaron de su “compromiso con los altos intereses de la patria”, de cómo hacían un verdadero sacrificio personal para ir a la Asamblea Nacional “a representarnos a todos los venezolanos”. De la mitad de unos señores que hasta llegaron a generar una increíble tensión en la Mesa de la Unidad, como el caso de Enrique Mendoza, justificándose en que ellos iban a “dar la vida” en la Asamblea Nacional por el pueblo que representaban y que era precisamente ese pueblo el que "reclamaba" y "necesitaba" de su presencia en la Asamblea Nacional. 

Y en el caso de Monagas, mas dramático aún si se quiere, hablamos de un señor que a troche y moche, sin consulta ni democracia alguna, fue impuesto como candidato, a contraviento de las aspiraciones de amplios sectores de la Sociedad Civil y sin que importaran para nada sus antecedentes de desobediencia partidista y transfuguismo político ni la división de su propio partido.

Pues resulta que, sin haber siquiera “calentado el puesto” como dice el argot popular (calentado el curul sería quizás mas apropiado), ya abandonan todos esos compromisos y se van en búsqueda de unas posiciones políticas “mas rentables”. ¡Y ni hablar de poner la otra mejilla! Es decir, de perseverar en su puesto y cumplir con la famosa “Agenda Parlamentaria” y los “compromisos” con el pueblo que los eligió, aún cuando ello significara la pérdida de mejores oportunidades políticas o de mayores "beneficios" individuales. En fin, que esa pretensión de abandonar a los electores puede ser la mejor ayuda que reciba Hugo de parte de los actuales Diputados. Tal conducta, equivale a decirle a los electores que los han estafado, defraudado. Que no había intención alguna de representarles, sino sencillamente un deseo de “posicionarse” en un cargo desde el cual pensaban que podrían hacer realidad sus verdaderas aspiraciones.


En fin, solo queda esperar que se recobre la sensatez y que alguien (en la Mesa o fuera de ella) haga reflexionar sobre la necesidad de evitar enviar un mensaje tan nefasto, que equivaldría a tornar en quimera las ilusiones de los votantes, para usar las palabras de Milagros Socorro.

En otro aspecto de nuestra mágica realidad, la noticia de que los Estados Unidos impusieron a PDVSA una serie de sanciones simbólicas, por su intercambio comercial con Irán, ha puesto nuevamente en evidencia la tensa situación diplomática vigente entre ambos países, que se mantienen sin embajadores.

La Mesa Unitaria y algunos connotados líderes de la oposición han sabido dar una opinión realmente realista y objetiva ante unas sanciones que no solo son inaceptables desde el punto de vista de la legalidad internacional, dada su unilateralidad evidente, sino que además evidencian la doble moral del gobierno americano, que pretende sancionar a PDVSA por su trato comercial con Irán pero sin dejar de adquirir el petróleo venezolano ni afectar en la práctica lo que es una evidente relación comercial ampliamente satisfactoria para ambas partes.Hipocresía pura y simple pues, que no de otra cosa estamos hablando.

Mas aún, con tales sanciones, la administración de Obama no solo no hace mella alguna en el accionar comercial de PDVSA (por ser, como ya dije meramente simbólicas, algo que me trae a la mente aquel chiste de la esposa que cuenta a su cónyuge sobre un incidente de conducción y el abuso de que fue objeto por parte del otro conductor y cuando el esposo le preguntó que había hecho afirmó “no te preocupes mi amor, le eché un revirón de ojos, para que respetara”) sino que hace un flaco favor a la oposición democrática, que no tiene alternativa alguna mas que la condena de una acción cuya ilegalidad es apoteósica, y que además impulsa a la opinión pública a cerrar filas al lado de Hugo y del Ministro Ramírez, que por supuesto no desperdició la oportunidad para “mandar al carajo” a los “gringos”.

Claro que hay algunos de esa “oposición ultra”, que en lugar de reclamar a quien deben (es decir a Obama por el chimbo e ilegal “revirón de ojos”) ahora enfilan sus baterías hacia la MUD y hacia dirigentes como Capriles Radonsky y Pablo Pérez, reclamándoles su rechazo a tan erradas, ilegales e ineficientes sanciones.

Pero es que hay algunos necios, que no se dan cuenta del papel de tontos útiles de Hugo que asumen por malcriadez, mas que por tino político, que a lo mejor desearían que las potencias extranjeras bloquearan los puertos venezolanos, sin darse cuenta de que lo único que eso lograría es darles sobradas y justificadas razones a Hugo para decir, con el Cabito, que “la planta insolente del extranjero ha hollado el suelo sagrado de la patria”, amén de todas las lamentables consecuencias que solo para los venezolanos y para nuestra cada vez mas deteriorada democracia traería una ola de patrioterismo barato.

Tal vez ambas posturas, la de los diputados que no solo no entienden sino que rechazan totalmente “poner la otra mejilla” y la de los “opositores ultras”, no sean sino la evidencia triste de cuan lejos estamos de empinarnos por encima de nuestra pequeñez y de pensar en los altos intereses de la patria y de cómo la falta de visión, el egoísmo y las apetencias personales siguen siendo el caldo de cultivo que usa Hugo para atornillarse en el poder.