martes, 15 de noviembre de 2011

¿FRACASO DE QUIEN?

Da la impresión que con la crisis económica que sacude al mundo desarrollado, especialmente a los Estados Unidos y en mayor o menor grado a Europa, destacando las situaciones preocupantes de España, Grecia e Italia, muchos se inclinan a pensar que esa situación es producto del fracaso del socialismo.

El hecho de que en países como Estados Unidos y España, hayan tenido que afrontar la crisis gobiernos socialdemocratas como el de Obama y Rodríguez Zapatero, con resultados bastante magros y con un panorama económico que hace a algunos predecir una mayor recesión, ya ha provocado reacciones evidentes en los electores y así, por ejemplo, en España se vislumbra un triunfo abrumador del Partido Popular, cuyo pensamiento económico de corte evidentemente neoliberal es quizás percibido como una alternativa al "fracasado socialismo".

Todo el mundo parece haber olvidado rápidamente que la crisis económica que sacude profundamente al mundo y cuyas consecuencias y derivaciones son aún realmente inmedibles, se gestó, precisamente, por la aplicación de fórmulas neoliberales ejecutadas por la administración de Bush en los Estados Unidos y de Aznar en España. En mi modo de ver, la desregulación del sector financiero y la lasitud de los sistemas de control estatal sobre la actividad financiera privada, constituyeron sin duda alguna los pivotes sobre los cuales se gestó la crisis. Los gobiernos con tendencia ideológica derechista y pensamiento económico liberal, crearon condiciones de aparente "libertad económica", sumadas a un pobre control por parte del Estado, que fueron indudablemente aprovechadas de manera poco escrupulosa por unos sujetos que maniobraron para conseguir lo que tan bien describió el ex-presidente Caldera con aquella frase de "bancos quebrados y banqueros ricos". El colapso de instituciones financieras que venían reportando extraordinarias ganancias y que repartían extraordinarios dividendos solo pudo evitarse por la intervención de los gobiernos que concedieron importantes auxilios económicos a unas instituciones bancarias que de lo contrario hubiesen quebrado de manera indefectible.

Para quienes entendemos el socialismo como un sistema en el cual la sociedad organizada ejerce control sobre los medios de producción, nos resulta obvio que la crisis es precisamente el producto de la aplicación de una doctrina económica como el liberalismo que, en sentido contrario, propugna la desregulación, proscribe el control del Estado sobre la actividad económica y denosta del establecimiento de sistemas de control estatal sobre la economía.

No me parece a mi que las administraciones de Obama y Zapatero hayan sido las "causantes" de la crisis económica que sacude a sus países y mas bien parecen las víctimas de aquello que tan bien describe la sabiduría popular cuando describe que "unos se comieron las naranjas y otros pasaron la dentera". Tal vez el gobierno de Zapatero haya cometido errores en el modo de enfrentar la crisis. Es posible, como afirman muchos críticos, que su insistencia en no aceptar la crisis y su tardanza en adoptar medidas básicas hayan hecho que la misma embistiera mas fuertemente a la economía española. Pero en mi modo de ver, quizás lo ocurrido en España es mas bien el producto de que aún siendo el gobierno español un gobierno socialista, sus ejecutorias previas a la aparición de la crisis fueron poco socialistas. El que la crisis gestada durante el gobierno del Partido Popular del Sr. Aznar haya arruinado la economía española, solo puede atribuirse a que el gobierno socialista no reguló ni controló adecuadamente al sistema financiero y de esa manera, por omisión, permitió que la "burbuja inmobiliaria" creciera y sumiera a España en la profunda crisis económica que hoy la afecta. Si hay que reconocer que, al menos, el gobierno del PSOE se negó rotundamente a permitir que los mas pobres y los sectores mas desvalidos fueran transformados en los pagadores de los errores.

Desde mi humilde perspectiva, la crisis económica que sacude al mundo y que afecta gravemente a la humanidad sin ningún tipo de fronteras, no ha hecho sino evidenciar lo que Betancourt afirmaba por allá por los años 60 en nuestra Venezuela: que el neoliberalismo y el comunismo son estructuras económicas obsoletas y periclitadas, que el socialismo democrático sigue siendo la opción liberadora y que hoy, mas que nunca, nos hace falta aquello que Blair describía con supremo acierto: "tanto mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario".

La socialización de la economía es hoy, como nunca, vital para los intereses de aquellos que precisamente se encuentran mas expuestos a sufrir de manera catastrófica las consecuencias de las crisis gestadas por la aplicación ciega de las fórmulas liberales: los pobres, los excluidos, los asalariados.

En Venezuela tenemos que ver con mucho cuidado y con ojo avisor todo este panorama. En un momento en que por la acción errónea del Gobierno encabezado por Chávez, muchos parecieran confundir el autoritarismo del gobierno y el Capitalismo de Estado que ha generado con un verdadero socialismo, los socialistas demócratas debemos recordarle a los venezolanos que la fórmula liberal  mas pura (aquel recordado Estado Liberal Burgués, caracterizado por su doctrina de dejar hacer y dejar pasar) solo contribuyó a generar la mas espantosa explotación vivida por la humanidad y plasmada en las consecuencias inhumanas de la revolución industrial: salarios de miseria, jornadas laborales de 18 horas, trabajo en condiciones deplorables, formación de cinturones de miseria urbanos, etc.

Que Hugo solo sea "socialista" en su discurso desquiciado, no debe confundirnos y mucho menos puede conducirnos a prestar oídos a aquellos que aprovechan la oportunidad para entonar nuevamente el "canto de sirena" de la aplicación de postulados neoliberales.

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