Da la impresión que con la crisis económica que sacude al mundo
desarrollado, especialmente a los Estados Unidos y en mayor o menor
grado a Europa, destacando las situaciones preocupantes de España,
Grecia e Italia, muchos se inclinan a pensar que esa situación es
producto del fracaso del socialismo.
El hecho de que en
países como Estados Unidos y España, hayan tenido que afrontar la crisis
gobiernos socialdemocratas como el de Obama y Rodríguez Zapatero, con
resultados bastante magros y con un panorama económico que hace a
algunos predecir una mayor recesión, ya ha provocado reacciones
evidentes en los electores y así, por ejemplo, en España se vislumbra un
triunfo abrumador del Partido Popular, cuyo pensamiento económico de
corte evidentemente neoliberal es quizás percibido como una alternativa
al "fracasado socialismo".
Todo el mundo parece haber
olvidado rápidamente que la crisis económica que sacude profundamente al
mundo y cuyas consecuencias y derivaciones son aún realmente
inmedibles, se gestó, precisamente, por la aplicación de fórmulas
neoliberales ejecutadas por la administración de Bush en los Estados
Unidos y de Aznar en España. En mi modo de ver, la desregulación del
sector financiero y la lasitud de los sistemas de control estatal sobre
la actividad financiera privada, constituyeron sin duda alguna los
pivotes sobre los cuales se gestó la crisis. Los gobiernos con tendencia
ideológica derechista y pensamiento económico liberal, crearon
condiciones de aparente "libertad económica", sumadas a un pobre control
por parte del Estado, que fueron indudablemente aprovechadas de manera
poco escrupulosa por unos sujetos que maniobraron para conseguir lo que
tan bien describió el ex-presidente Caldera con aquella frase de "bancos
quebrados y banqueros ricos". El colapso de instituciones financieras
que venían reportando extraordinarias ganancias y que repartían
extraordinarios dividendos solo pudo evitarse por la intervención de los
gobiernos que concedieron importantes auxilios económicos a unas
instituciones bancarias que de lo contrario hubiesen quebrado de manera
indefectible.
Para quienes entendemos el socialismo como un
sistema en el cual la sociedad organizada ejerce control sobre los
medios de producción, nos resulta obvio que la crisis es precisamente el
producto de la aplicación de una doctrina económica como el liberalismo
que, en sentido contrario, propugna la desregulación, proscribe el
control del Estado sobre la actividad económica y denosta del
establecimiento de sistemas de control estatal sobre la economía.
No
me parece a mi que las administraciones de Obama y Zapatero hayan sido
las "causantes" de la crisis económica que sacude a sus países y mas
bien parecen las víctimas de aquello que tan bien describe la sabiduría
popular cuando describe que "unos se comieron las naranjas y otros
pasaron la dentera". Tal vez el gobierno de Zapatero haya cometido
errores en el modo de enfrentar la crisis. Es posible, como afirman
muchos críticos, que su insistencia en no aceptar la crisis y su
tardanza en adoptar medidas básicas hayan hecho que la misma embistiera
mas fuertemente a la economía española. Pero en mi modo de ver, quizás
lo ocurrido en España es mas bien el producto de que aún siendo el
gobierno español un gobierno socialista, sus ejecutorias previas a la
aparición de la crisis fueron poco socialistas. El que la crisis gestada
durante el gobierno del Partido Popular del Sr. Aznar haya arruinado la
economía española, solo puede atribuirse a que el gobierno socialista
no reguló ni controló adecuadamente al sistema financiero y de esa
manera, por omisión, permitió que la "burbuja inmobiliaria" creciera y
sumiera a España en la profunda crisis económica que hoy la afecta. Si
hay que reconocer que, al menos, el gobierno del PSOE se negó
rotundamente a permitir que los mas pobres y los sectores mas desvalidos
fueran transformados en los pagadores de los errores.
Desde mi
humilde perspectiva, la crisis económica que sacude al mundo y que
afecta gravemente a la humanidad sin ningún tipo de fronteras, no ha
hecho sino evidenciar lo que Betancourt afirmaba por allá por los años
60 en nuestra Venezuela: que el neoliberalismo y el comunismo son
estructuras económicas obsoletas y periclitadas, que el socialismo
democrático sigue siendo la opción liberadora y que hoy, mas que nunca,
nos hace falta aquello que Blair describía con supremo acierto: "tanto
mercado como sea posible y tanto Estado como sea necesario".
La
socialización de la economía es hoy, como nunca, vital para los
intereses de aquellos que precisamente se encuentran mas expuestos a
sufrir de manera catastrófica las consecuencias de las crisis gestadas
por la aplicación ciega de las fórmulas liberales: los pobres, los
excluidos, los asalariados.
En Venezuela tenemos que ver
con mucho cuidado y con ojo avisor todo este panorama. En un momento en
que por la acción errónea del Gobierno encabezado por Chávez, muchos
parecieran confundir el autoritarismo del gobierno y el Capitalismo de
Estado que ha generado con un verdadero socialismo, los socialistas
demócratas debemos recordarle a los venezolanos que la fórmula liberal
mas pura (aquel recordado Estado Liberal Burgués, caracterizado por su
doctrina de dejar hacer y dejar pasar) solo contribuyó a generar la mas
espantosa explotación vivida por la humanidad y plasmada en las
consecuencias inhumanas de la revolución industrial: salarios de
miseria, jornadas laborales de 18 horas, trabajo en condiciones
deplorables, formación de cinturones de miseria urbanos, etc.
Que
Hugo solo sea "socialista" en su discurso desquiciado, no debe
confundirnos y mucho menos puede conducirnos a prestar oídos a aquellos
que aprovechan la oportunidad para entonar nuevamente el "canto de
sirena" de la aplicación de postulados neoliberales.
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